Parque nacional Rebild Bakker

Hermosos paisajes con un inesperado toque americano

La península de Jutlandia, en Dinamarca, está repleta de áreas al aire libre, pero una de las más especiales es el parque nacional Rebild Bakker. Se puede llegar en coche o en bicicleta recorriendo 25 km de espectaculares vistas en dirección sur desde Aalborg. Esta reserva natural de 77 hectáreas posee una historia única. 

El territorio pasó a dominio público en 1912 tras una donación por parte de los colonos americano-daneses. Según se acordó, Rebild Bakker se convirtió en un destino para celebrar la cultura danesa y americana. El parque es conocido sobre todo por acoger el Rebildfesten, una de las celebraciones más grandes del Día de la Independencia de Estados Unidos fuera del propio país. Cada 4 de julio, Rebildfesten congrega en Rebild Bakker a expatriados y daneses curiosos.

La paleta de colores del páramo va más allá del rojo, el blanco o el azul, pues el paisaje se reviste del verde intenso del bosque Rold que rodea al páramo, los coloridos brezos en flor o la viveza de las tonalidades otoñales. Así, Rebild Bakker mantiene su belleza durante todo el año. El parque también es un lugar idóneo para los senderistas y ciclistas de todos los niveles gracias a su extensa red de rutas. Y, con la llegada del invierno, el lugar se convierte en un gran destino para los amantes del esquí de fondo. 

Para disfrutar de una vista panorámica de los valles, las colinas, la fauna y los manantiales de Rebild Bakker a más de 102 metros de altitud sobre nivel del mar, solo tienes que subir a la cima de Sønderkol. Si prefieres tener una perspectiva subterránea de las maravillas geológicas del lugar, también puedes explorar la cantera de piedra caliza. Y, para cuando apriete el hambre, encontrarás un histórico restaurante que sirve buena comida tradicional y, por supuesto, un fika con deliciosos dulces daneses.  
 

En los alrededores de Rebild Bakker encontrarás un montón de sitios que merece la pena visitar, como el majestuoso bosque Rold con todos sus paisajes. Una de las atracciones más novedosas es el Museo de la Guerra Fría REGAN Vest, que se encuentra a tan solo un breve trayecto en coche desde el parque. En el pasado, fue un búnker nuclear oculto 60 metros bajo el bosque. Ahora, este refugio apocalíptico abre sus puertas a los visitantes, que no solo se adentrarán en las profundidades de la tierra, sino también en las del tiempo.