¡Oslo: una capital llena de vida!
A tan solo un pintoresco viaje en coche desde nuestro puerto de Gotemburgo, se encuentra la capital de Noruega, una ciudad animada y llena de energía rodeada de una belleza impresionante. Además, cuenta con una oferta gastronómica de categoría, una historia extraordinaria y paisajes fascinantes que seguro que te dejarán sin aliento.
Oslo se caracteriza por una rica y esplendorosa naturaleza compuesta por parques urbanos, densos bosques y un archipiélago de ensueño. La atracción principal es el fiordo de Oslo, cuyas aguas se pueden explorar en embarcaciones turísticas o en kayak. El fiordo también es el centro de la cultura de la sauna en la ciudad, que también cuenta con dos playas urbanas pequeñas pero populares. Y, para conocer el fiordo de una manera única e inolvidable, no hay nada mejor que visitar las islas.
La ciudad es fácil de transitar y explorarla a pie resulta la mejor manera de conocer sus distintivos barrios. Antaño industrial, Aker Brygge ahora es un sitio donde se concentran los restaurantes, las tiendas, el arte y las discotecas. Luego también está el emocionante barrio de las artes conocido como Tjuvholmen, o el moderno distrito de Grünerløkka, que alberga bares, restaurantes y boutiques. Todos los barrios de Oslo poseen una identidad única que merece la pena descubrir.
Al ser una ciudad de primer nivel, Oslo cuenta con una oferta culinaria de categoría, donde la comida callejera, los mercados de productos del mar y las experiencias gastronómicas elegantes conviven con el gran número de puestos que venden “pølse”, la versión noruega de los perritos calientes. También existen varios recintos con puestos de comida como Mathallen, Vippa y Barcode Street Food, que atraen a los turistas y residentes por igual con una oferta variada de cervezas de la tierra, platos internacionales y comida noruega como el “raspeballer” (empanadas típicas de patata), la mermelada de moras y los productos frescos del mar. No puedes marcharte sin probar el “brunost”, un queso de cabra marrón que queda delicioso sobre un gofre, o sin decir “skål” para brindar al probar algunos de los licores típicos de la zona, como el “aquavit”.
Además, Oslo es un paraíso para los amantes de los museos. En el Popsenteret, conocerás la historia de la música pop noruega y, en el icónico Museo del Esquí de Holmenkollen, podrás contemplar el famoso salto de esquí. Si prefieres descubrir la historia detrás del barco de madera más resistente de la historia, no puedes perderte el Museo Fram. Y, para viajar en el tiempo y vivir la historia en primera persona, visita el Norsk Folkemuseum, donde se recrea la cultura noruega a través de los siglos. Estos dos últimos se encuentran en la isla museo Bygdøy, donde también están el Museo Norsk Maritimt y el Museo Kon-Tiki.
No te puedes ir de Oslo sin visitar el Museo Munch, que recientemente se ha trasladado a un edificio sobre un muelle que cuenta con 13 plantas con obras de arte de artistas noruegos como Edvard Munch, entre otros. El museo también posee diversas versiones del cuadro más famoso de Munch, “El grito”. Otras pinturas de Munch se encuentran en exhibición en el Museo Nacional (incluida “La Madonna” y “El grito” en su versión original), que alberga la colección de arte, arquitectura y diseño más grande de Noruega.
Para los aficionados a la arquitectura, explorar la ciudad es una auténtica delicia, ya que experimentarán la combinación única de diseños típicos de Noruega y estilo moderno. El Código de Barras Bjørvika, en el centro de Oslo, consta de 12 edificios estrechos de gran tamaño con alturas y anchos diferentes que, en conjunto, se asemejan a un código de barras. Detrás del puerto, también se encuentra el edificio de la Ópera y Ballet Nacional de Noruega, que ofrece unas vistas panorámicas de los fiordos desde su tejado. Si buscas paz y tranquilidad, no dudes en ir a la biblioteca Deichman Bjørvik, abierta en 2020 y nombrada una de las bibliotecas más bonitas del mundo por su diseño único.
En Oslo, no solo encontrarás arte en los museos y en la arquitectura, sino también en los espacios públicos, por lo que deambular por sus calles te hará sentir como si pasearas por una galería de arte al aire libre. Un buen ejemplo de ello es el extenso parque Frogner, donde se halla el parque de esculturas más grande del mundo: el parque Vigeland. Además de todas estas esculturas y murales públicos, descubrirás un sinfín de tesoros artísticos ocultos por toda la ciudad.
Oslo te dejará boquiabierto siempre que la visites, ya sea durante unas vacaciones de verano o en un viaje durante el invierno para esquiar en Skimore Oslo.
¡Oslo: una capital llena de vida!
A tan solo un pintoresco viaje en coche desde nuestro puerto de Gotemburgo, se encuentra la capital de Noruega, una ciudad animada y llena de energía rodeada de una belleza impresionante. Además, cuenta...